In memorian Jesús de la Rocha 

por Luis Santos

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va, 
Dice una famosa sevillana y tiene mucha razón. Y más, cuando ese amigo se llama Jesús de la Rocha. Entró a formar parte del Club rotario de Jávea en 2006, seguramente impulsado por su interés por ayudar en lo que pudiera a los proyectos de la comunidad. Durante estos años ha ejercido diversos cargos en el club y por supuesto presidente durante un año como es norma en nuestra asociación. Siempre el primero en apuntarse para ayudar y siempre dispuesto a donar lo más importante que tenemos, nuestro tiempo.
Cuando un amigo se va y va dejando una huella que no se puede borrar. 
 Continúa la canción, y también es cierto, porque su recuerdo está en la mente de muchos de los que lo tratamos. Siempre amable y con una sonrisa de acogida que trasmitía tranquilidad. Generoso y solidario con todas las causas. También voluntario de Cruz Roja colaborando en múltiples ocasiones en el transporte de personas donde hiciera falta o en campañas de recaudación. Nunca un reproche ni una mala palabra aunque la vida no le fue siempre propicia. Ese vacío que deja el amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar.
Este estribillo final de la misma canción nos anuncia cual será nuestro sentimiento en los próximos tiempos. Siempre encontraremos su hueco y echaremos en falta su aliento y empuje. Enamorado de Jávea y el mar, le recuerdo no hace mucho, preparando en el náutico un viejo velero que reparaba con cariño para salir este verano a la bahía. Ahí ha quedado varado en el astillero esperando a su patrón, sin entender que a los humanos nos llega un momento que tenemos que adentrarnos a mares más profundos donde la paz es infinita. 
Descansa en paz amigo Jesús. 

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